Día a día, gobernantes del mundo entero, se enfrentan a numerosos retos que les imponen las necesidades del aquel país para el cual "sirven" -de alguna manera, otros dirán para el país en el cual fueron elegidos- pues bien, existe un reto que sin duda alguna se ha convertido en el centro de atención de estos personajes, estoy hablando del desarrollo. Esta palabrita implica un sin número de aspectos, hablamos de desarrollo tecnológico, desarrollo económico, desarrollo cultural, desarrollo social, en fin, podríamos pasar días enteros especificando tipos de desarrollo pero a pesar de que esta palabra implica tanto, Sachs nos manifiesta que “(…)desarrollo, como una forma de pensamiento está llegando a su fin(…)”
Es en este momento donde llegamos a los Cuernos del Dilema, es aquí donde se antepone al término “Desarrollo” otro término que ciertamente implica un sin número de seres vivos y que solo con nombrarlo determinará la razón por la cual el término desarrollo –como forma de pensamiento- hoy en día es –hasta cierto punto- caduco, bueno, el término en discusión es Naturaleza. Sachs nos plantea la problemática “Quien quiera que demande más tierra agrícola, energía, vivienda, servicios o, en general más poder de compra para los pobres, se encuentra así mismo en una contradicción con aquellos a quienes les gustaría proteger los suelos, los animales, los bosques, la salud humana o la atmósfera. Y quien quiera que luche por menos energía o menos transporte y se oponga a un desarrollo agrícola intensivo a favor de la naturaleza, se encuentra a sí mismo en contradicción con aquellos que insisten en tener igual derecho a los frutos del progreso” he ahí el dolor de cabeza de los dirigentes del mundo.
Esta problemática ha sido causa de numerosos encuentros, foros, conferencias, reuniones o tratados, pero difícilmente se ha llegado a una solución. El artículo hace mención a una de estas comisiones, “Comisión Brundtland”, la cual pareció encontrar un puente conceptual en 1987, estableciendo las bases conceptuales del “desarrollo sostenible”. Lo llamaron así pues según aquellos personajes, “(…) el desarrollo sostenible es el desarrollo que atiende las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades” pero esta es una de las tantas interpretaciones que se le puede dar al desarrollo sostenible. Además, la conceptualización de la comisión plantearía una nueva fuente de discusión, ¿de qué tipo de necesidades estamos hablando? En fin, debemos tomar en cuenta que el desarrollo es finito, el mundo es finito, los recursos son escasos, pero las necesidades de los pueblos son ilimitadas –necesidades de cualquier índole- Finalmente el artículo establece tres perspectivas, la fortaleza, la astronauta y la hogar. La primera hace alusión a la restricción a la cual deberá ser expuesto el desarrollo, sin embargo, las naciones más ricas –países del norte- se seguirán desarrollando limitando sus responsabilidades ambientales a su territorio. La segunda nos habla de un ajuste global para lidiar con la crisis del desarrollo, establece además una responsabilidad global de las naciones que más daño le hacen al ambiente –naciones del norte- finalmente, la última perspectiva nos propone una exclusión de la justicia –social- del desarrollo, aceptando la finitud del mismo en el tiempo.
Comentario Personal
Coincido en la interpretación que le da el autor al término “desarrollo” como forma de pensamiento, lo plantea como algo decadente, casi finalizado. ¿Las razones? La sociedad mundial ha pensado en desarrollo a lo largo de la historia, agotando recursos, sacrificando personas, animales, vegetación, en fin. Mucha desconcertación he sentido al percatarme de que el ser humano simplemente actúa cuando sabe que está en peligro, no previene, no piensa a largo plazo y hasta cierto punto no medimos consecuencias -ahora lo hacemos sin duda, pero simplemente porque el calentamiento global ya está sobre nosotros- ¿será que nuestra naturaleza es así? Ojalá el "Desarrollo Sostenible" le permita al ser humano determinar políticas ambientales favorables que sin duda no excluyan a las personas que día a día luchan por un estilo de vida más favorable.